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Entre otras cosas, él se dio cuenta que dueños de cantinas
y hombres de negocios repartían sobornos y alcohol entre
los policías, quienes también tenían vínculos con prostitutas.
“Yo no podía creer lo que estaba experimentando”, dijo
Owen. “Le dije al Señor: ‘Si alguna vez me das oportunidad
de tener algo que hacer con la corrupción policial, me
gustaría poder hacer eso’”.
Owen dijo que cuando graduó del seminario: “Supe
que era llamado al ministerio urbano, pero se suponía que
regresaría aquí a Nueva York para servir”. Sin embargo, se
cerraron las puertas en su conferencia de origen para las
oportunidades del ministerio urbano, “y por la providencia
de Dios. Él nos llamó a Minneápolis”.
Su esposa Belva, trabajaba en turnos intercambiables,
de 3-11 p. m., o de 11 p. m.—7 a. m. como enfermera de
Asuntos de Veteranos, y el joven pastor decidió que mientras
“la gente de mi iglesia se va a dormir, es cuando la ciudad
cobra vida”. Veía los reportes televisivos de los crímenes
nocturnos, y pensaba: “¿Quién acompaña a las personas que
sufren estas experiencias de abuso doméstico, o balaceras, o
incendios? ¿Quién los está ganando para Cristo?”
Comenzó por llevar consigo un escaneador policial
portátil en su auto y dirigirse a los lugares de las llamadas
a la policía. Owen una noche llevó pastel y té a la estación
del 3er. Precinto. Ningún oficial quería tocar el pastel o el té,
hasta que un experimentado teniente finalmente dijo: “Pasa
John. Comeré un poco de tu pastel”. Más tarde, Owen supo
que anteriormente el oficial fue una de las víctimas de un
pastel mezclado con un laxante.
“De esa experiencia aprendí que ellos son iguales que
nosotros; tienen qué tenerte confianza. Eso fue el principio
de mi involucramiento con ellos, y muy pronto comenzaron
a pedirme que los acompañara en sus rondas”, dijo Owen,
cuya primera experiencia de acompañar en Minneápolis a
los policías, fue salir con un oficial negro y su compañero
blanco.
El programa de capellanía despegó, y los esfuerzos de
Owen fueron documentados como parte del libro “Miracle
at City Hall” (Milagro en la Alcaldía), por Al Palmquist
con Kay Nelson. El programa de Minneápolis se convirtió
en el modelo para los programas policiales de capellanía a
través del país. Owen viajó en 1973 a Washington, D. C.,
para reunirse con otros capellanes para la fundación de la
Conferencia Internacional de Capellanes de Policía, a la que
sirvió como su primer tesorero.
El año siguiente, Owen fue uno de los pastores urbanos que
participaron en el primer Intercambio Continental Urbano
Metodista Libre (CUE) en la International Friendship House
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(Casa Internacional de la Amistad) en Winona Lake, Indiana,
donde la denominación tenía sus oficinas generales en aquel
tiempo. Él reconoció los esfuerzos de Charles Kingsley, el
entonces director de Christian Witness Crusades (Cruzadas
de Testimonio Cristiano) de la denominación, quien “en
todos sus viajes nos encontraba a nosotros los pastores
urbanos. Él sabía lo que estábamos haciendo. Sabía que
estábamos practicando el evangelio. Él nos veía en nuestro
contexto”.
Él llegó a ser un participante regular en las futuras reuniones
de CUE que eventualmente se convirtió en la formación
de la Free Methodist Urban Fellowship (Confraternidad
Urbana Metodista Libre). Owen reconoció que él y los
demás pastores urbanos no siempre se vieron cara a cara
con los líderes denominacionales, como cuando una lista
denominada las “10 Principales Iglesias”, que primeramente
se localizaban cerca de los colegios y universidades de la
denominación. Owen explica: “Dijimos que las cosas han
dado un giro” Las diez principales iglesias se encuentran
en Buffalo y Minneápolis, y en Chicago y en todos estos
lugares donde nadie las reconoce como la iglesia auténtica.
Nosotros somos multiétnicos. No monoculturales. Estamos
enfocados principalmente en los pobres – no en los ricos y
los educados”.
Por supuesto, Owen no se opone a las Iglesias que se
encuentran cercanas a las instituciones educativas. De hecho,
él sirvió por cuatro años como pastor asociado de jóvenes
en crisis para la Primera Iglesia Metodista Libre contigua
a la Universidad de Seattle Pacific. Él dijo con una risita:
“Yo fui el pastor juvenil más viejo que la congregación haya
tenido jamás”. Él enfatizó las conexiones intergeneracionales
y el alcance de las escuelas locales y la Misión Unión del
Evangelio.
Llamado Capital
Los Owen se trasladaron a Washington, D, C, en 1997
para iniciar un ministerio de capellanía que le diera nueva
vida al alcance Metodista Libre en la ciudad capital. Ellos
pudieron rentar una casa (que después compraron) en un
barrio predominantemente negro, a Hubert T. Bell, un varón
afroamericano quien sirvió como director asistente del
Servicio Secreto de los Estados Unidos, y más tarde como
inspector general de la Comisión Nuclear Regulatoria.
Un amigo mutuo le recomendó a Owen que se pusiera
en contacto con Lloyd John Ogilvie, quien servía como
capellán del Senado de los Estados Unidos. Owen se reunió
con Ogilvie, quien le preguntó cómo podía orar por él, y
Owen le respondió que necesitaba una oficina.
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