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Milagros y el Reino
de Ya/Aún No
por Chuck White
os hombres que trabajaban para la Universidad de Spring Arbor sufrieron severas lesiones
internas en la cabeza casi al mismo tiempo. Ambos servían al Señor y ambos tenían muchas
personas orando por ellos. Uno regresó a su trabajo como profesor en pocas semanas, pero el
otro nunca pudo recordar bien las cosas como para manejar el servicio de comida. Él sobrevivió,
pero nunca pudo manejar de nuevo sus desafíos mentales.
¿Por qué Dios sanó a uno, pero no al otro? Los dos merecían la sanidad y los dos tenían muchas
personas que creían e intercedían por ellos. Tristemente, este caso no fue la primera vez que el
pueblo de Dios se sintió perplejo por la milagrosa obra por una persona y su desconcertante
inacción por el otro. En Hechos 12 el Rey Herodes asesina a Jacobo el apóstol y luego permite
que Pedro vaya a prisión con planes de que sea ejecutado después de la Pascua. La iglesia ora
por Pedro como sin duda lo hizo por Jacobo, y Dios responde sus oraciones al enviar a un ángel
para liberar a Pedro de la prisión. ¿Cuál fue la diferencia entre la decisión de Dios de permitir
la muerte de Jacobo como mártir, y liberar a Pedro? ¡Con toda seguridad no fue la gran fe de
los que oraban por él! Cuando Dios respondió sus oraciones y Pedro apareció a la puerta de su
lugar de reunión, ellos pensaron que él debía ya estar muerto. “Como Pedro está muerte, debe
ser su ángel el que está a la puerta”, dijeron.
No, no hay razón de que podamos pensar por qué Dios decidió dejar vivir a Jacobo y luego
salvar a Pedro de las manos de los verdugos. El problema se vuelve más complejo cuando
vemos la vida de Pablo. Dios usó a Pablo para hacer muchos milagros. Él dice que hizo muchas
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