Octubre 2020 — pg. 13
Nosotros sabemos que la voluntad de Dios no siempre
se hace aquí en la tierra. Algunas veces los pecadores se
oponen, y otras veces el demonio la obstaculiza. Dios
quería que los fariseos se arrepintieran y aceptaran el
bautismo de Juan, pero ellos resistieron a Su voluntad
y no obedecieron (Lucas 7:30). Pablo quería visitar a
la gente de Tesalónica, pero Satanás se lo impidió (1
Tesalonicenses 2:18).
Los compromisos terminan en matrimonio, y los
embarazos en nacimiento de niños. El Día D le dio el paso
al Día V-E. Jesús regresará para establecer Su reino sobre
cada corazón y en el centro de la ciudad. La esperanza
segura de victoria nos capacita para abrazar la “comunión
de Su sufrimiento” como lo escribió Pablo desde la prisión
a los filipenses (Filipenses 3:10). Como nosotros sabemos
cómo terminará la historia, podemos considerar nuestras
oraciones no contestadas, nuestros desengaños, y nuestro
dolor como contratiempos temporales en el camino a la
gloria. Pablo describió sus aflicciones incluyendo hambre,
sed, frío, traición, peligros, azotes, palizas, pedreas,
prisiones y cuatro naufragios como “sufrimientos ligeros
y efímeros” (2 Corintios 4:17). Como él tenía sus ojos
puestos en el premio, podía ver las piedras de tropiezo
como piedras para escalar.
Así que oramos por Milagros. Como dice el lema israelí:
“Nosotros no creemos en milagros. Dependemos de ellos”.
Y también recordamos las palabras de los tres jóvenes
hebreos mientras enfrentaban el horno de fuego: “El Dios
a quien servimos puede librarnos del horno y de las manos
de Su Majestad. Pero aun si nuestro Dios no lo hace así,
no serviremos a sus dioses” (mi paráfrasis de Daniel 3:17-
18): “Sabemos que Dios lo puede hacer, pero si no…”.
Sabemos que Dios hace milagros, pero también sabemos
que Él mismo sufrió, y Él puede permitirnos ser como Él
en Su sufrimiento. Y sabemos que sea que vivamos o que
muramos, del Señor somos” (Romanos 14:8).
Y también sabemos que, en toda situación, Dios obra
para el bien de aquellos que lo aman (Romanos 8:28).
Los milagros nos muestran que el reino está cerca, y los
desengaños nos muestran que aún no está aquí. Pero cada
día estamos más cerca.
La verdad de que Dios está activo en cada situación
para el bien de aquellos que le aman es tan importante
que la Biblia lo enseña cuatro veces. La primera viene en
la historia de José cuyos hermanos lo odiaban tanto, que
lo vendieron como esclavo en Egipto. Su delito en contra
suya comenzó con esclavitud, que lo llevó a prisión, y
finalmente se transformó en poder, lo que resultó en la
salvación de miles de vidas hebreas y egipcias durante
la hambruna (Génesis 37-50). Al final José resumió la
historia cuando dijo: “Ustedes quisieron el mal contra mí,
pero Dios lo transformó en bien” (Génesis 50:20, NASB,
traducción libre). Nehemías repitió la lección cuando dijo
que Dios cambia maldición por bendición (Nehemías
13:2). Pablo lo mencionó dos veces, una en Romanos
8:28, y la otra en 2 Corintios 1:4 cuando dijo que Dios
nos fortalece en todos los problemas, de modo que
nosotros en cambio podemos fortalecer a otras personas
en cualesquiera situaciones también.
Obviamente, la ilustración más grande de que Dios
cambia el mal por el bien es la cruz. La peor acción que el
pueblo realizó jamás fue cuando el mejor gobierno que el
mundo jamás haya conocido con la religión más hermosa
que el mundo jamás haya conocido. Ellos cometieron
la ´peor atrocidad que el mundo jamás haya conocido.
Asesinaron al hombre más perfecto que el mundo jamás
haya conocido de la manera más dolorosa y vergonzosa que
el mundo jamás haya conocido, pero Dios la transformó
en la gloria de nuestra salvación. Puesto que la cruz nos
permite ver a Dios transformando lo peor del mundo en
lo mejor del cielo, podemos enfrentar lo de “aun no” como
más que vencedores, anticipando confidentemente la total
venida del reino (Romanos 8:28-39).+
Chuck White, Ph.D., es profesor en la
Universidad de Spring Arbor. Él ha
enseñado la Biblia en 13 diferentes países.
Tiene 14 nietos, y ha recorrido 60,000
millas (96,000 km.) desde que cumplió
40 años.
+ Traducción: Nosotros no creemos en
milagros. Dependemos de ellos.