Sexualidad Santificada Declaración de Posición de la Iglesia Metodista Libre - USA — Página 4
Mesías invita a todos los pueblos a ser Sus discípulos, a adoptar Su estilo de vida, y a participar con Él en la
renovación y restauración del mundo. Como lo hizo Jesús durante el tiempo de Su ministerio en Israel, así lo
hace en el día de hoy. Él nos invita a hacer a un lado nuestro antiguo estilo de vida y a seguirlo en una vida
de “llevar la Cruz”. “Llevar la Cruz” es aceptar la muerte de Cristo como la base de un nuevo estilo de vida.
“Llevar la Cruz” significa identificarse con Jesús en su sacrificio auto impuesto de ir a la muerte, dejando
tras de Sí un camino de vida. Y “llevar la Cruz” anticipa el poder de la resurrección, de modo que podamos
andar en novedad de vida, reflejando la semejanza de Jesús y uniéndonos a Jesús en un continuo ministerio
en el mundo. Nuestra respuesta al llamado de Jesús nos lleva al perdón de los pecados, libertad de las
obsesiones y preocupaciones de la vida egoísta, y una transformación personal y relacional.
Respuestas que Fluyen del Ministerio y las Buenas Nuevas de
Jesús
La respuesta de la IML a los retos de una cultura que difiere de los conceptos bíblicos de la persona humana
y de la sexualidad humana deben fluir del ministerio de Jesús y las buenas nuevas que Él nos trae. Sea que la
cultura favorezca un rechazo o redefinición del matrimonio, una liberación de la expresión sexual sin incluir el
matrimonio (no importa cómo se defina), o la legitimización de múltiples formas de la expresión sexual que
se puedan desear de parte de adultos que las favorecen, o algún otro punto de vista y práctica—basamos
nuestras respuestas en el carácter, enseñanzas, y ministerio de Jesús. Por tanto, invitamos a todo el pueblo
a unírsenos en el discipulado de llevar la cruz y seguir la dirección de Jesús.
Por la historia bíblica que nos lleva a Jesús, afirmamos la creación original de los seres humanos a la
imagen divina, como hombres y mujeres, y como fueron diseñados para una unión en una sola carne en
el matrimonio—que era la intención de Dios para reflejar el amor, la intimidad, la belleza, y la libertad de
Dios. Aunque hemos sido destituidos de esa gloria y bondad original, todos seremos juzgados finalmente
por cómo hemos respondido al llamado de Jesús al discipulado, no de acuerdo a las formas particulares de
pecado que hemos escogido comparado con otros. De hecho, según la historia bíblica, Jesús salva, en Su
propio tiempo, por la obra de convicción y el poder transformador de Su Espíritu, y con más frecuencia en
la comunidad de otros que también han sido salvos de su pecado y su impacto sobre sus vidas.
Como la manera de Jesús es el remedio que Dios nos ofrece, cualquiera que sea el pecado que nos atrapa
más firmemente, nuestras respuestas a los conceptos sexuales alternos, prácticas y relaciones deben
alinearse con el Espíritu de la persona y ministerio de Jesús. Podemos estar en lo “correcto” pero luego
corromper o contradecir el impacto de la verdad por un espíritu contrario al Espíritu de Jesús.
En Conclusión
Por tanto, confiaremos en que el Espíritu Santo convencerá a las personas de su pecado, sexual o de
cualquier otra clase, levantar la esperanza de transformar las posibilidades, y luego llevar a las personas a lo
mejor de Dios para sus vidas. Seremos practicantes de la gracia y bienvenida de Jesús hacia las personas. En
nuestra bienvenida debemos seguir a Jesús hasta las márgenes y límites donde las personas a menudo se
encuentran alienadas, tristemente a veces a través de palabras y acciones de aquellos que profesan seguir
a Jesús. Como iglesia, rechazamos esas palabras y acciones y ofrecemos una comunidad de seguidores de
Jesús que no se rinden ante otros o ante nosotros mismos. Incluso si vienen cambios lentos o diferentes a lo
que nosotros esperábamos, con todo seguiremos en el camino de Jesús, practicaremos Su gracia y amor, y
con confianza esperaremos el cumplimiento de las promesas de Jesús y seguramente tendrán efecto.
Este documento fue realizado por el Obispo Emérito David W. Kendall y autorizado por la Junta de Obispos de la Iglesia
Metodista Libre—USA.
Mayo 2020 — pg. 13