Mayo 2020 — pg. 3
Un Tema Oportuno
¿Por qué está LUZ Y VIDA sacando a la luz una edición sobre la
“sexualidad santificado” en un momento cuando nuestro mundo
está experimentando los devastadores efectos de la pandemia
de COVID-19? Con algunos de nuestros amigos enfermos y
otros muriendo por el coronavirus uniéndose a los millones que
repentinamente se ven desempleados, ¿por qué estoy escribiendo un
artículo que trata del sexo?
Para ser honestos, mi lado periodístico preferiría descartar
por completo el tema planeado y enfocarme completamente en
el coronavirus –algo que está en primera fila en mi mente en estos
días, como estoy casi seguro que en la tuya también. Sin embargo,
la verdad es que esta revista es publicada por el departamento de
comunicaciones de la Iglesia Metodista Libre – USA que ha dado a
conocer activamente la reacción de la iglesia al coronavirus. Nuestros
obispos han creado artículos y videos que se pueden encontrar
en fmcusa.org/covid19, y en la página de Facebook de nuestra
denominación. Los pastores y otros Metodistas Libres han creado
videos de oración que se pueden encontrar en fmcusa.org/forthistime,
y en el Facebook del Director de Comunicaciones, Brett Heintzman,
el editor de esta revista, organizo Live Stream for Awakening
(Plataforma de Stream en Vivo), con J. D. Walt y David Thomas de
Seedbed (Surco), para promover la oración más intensamente para el
despertamiento, motivado por nuestra actual situación global.
Aun cuando la pandemia nos obligó a decidir publicar
exclusivamente en línea por el momento, el equipo LIGHT +
LIFE también eligió continuar nuestra lista de temas programada
regularmente para 2020. De hecho, el mensaje de “sexualidad
santificada” puede ser más relevante ahora que nunca.
A medida que los aspectos típicos de la vida diaria se detienen
debido a este virus mortal, muchas personas están viendo películas
y programas en Netflix y otros servicios de transmisión que ofrecen
mucho sexo, pero poca santificación. Los sitios web de noticias
ofrecen señales de que los pecados sexuales persisten mientras
luchamos contra COVID-19.
Según reportes, aparentemente los hackers han interrumpido las
llamadas de Zoom – incluyendo una reunión de una escuela primaria
– al mostrar imágenes pornográficas.
El sitio de noticias Balkan Insight reportó “grandes números
anormales de infectados y fallecidos por el COVID-19” en una
pequeña comunidad rumana conocida por el tráfico humano, y, aquí
en los Estados Unidos, la estación de TV WLOS, de Carolina del
Norte reportó su preocupación de que la pandemia desemboque en
que personas vulnerables sean “sometidas al sexo u otras actividades
por dinero”, por traficantes de humanos.
El Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York produjo
noticias de ocho columnas al publicar un consejo relacionado con el
coronavirus que incluía la frase: “Tú eres tu pareja sexual más segura”.
En redes sociales, veo a personas que apoyan o comparten
publicaciones de blogs que critican a una Universidad cristiana por un
orador en su servicio de capilla que compartió hace un par de meses
cómo su conversión lo motivó a buscar el celibato en lugar de actuar
sobre su atracción de personas de su mismo sexo. He escuchado a
este orador en persona, y creo que ofrece una perspectiva valiosa que
es probable que muchos estudiantes no escuchen en otra parte.
Probablemente no te sientas muy cómodo de que haya
mencionado estos dos ejemplos juntos, porque algunos han sido
vistos por muchas personas como actividades inocuas o positivas a la
vez que casi todos coincidirán en que es incorrecto colocar imágenes
pornográficas en algún video de una reunión de alguien más, o
secuestrar y forzar a alguien a la prostitución.
Es engañoso saber cómo estimular a las personas a practicar
la sexualidad santificada sin verse como fanáticos, faltos de amor,
o selectivos sobre cuáles pecados vamos a condenar. En algunos
escenarios, puede ser fácil criticar la actividad homosexual, pero no
hablar en contra del acoso heterosexual, promiscuidad, o el uso de
pornografía.
En las décadas pasadas hubo varios cristianos de alto perfil que
invitaban a otras personas a salir de los pecados sexuales, pero luego
ellos mismos fueron sorprendidos en los pecados sexuales; esta
hipocresía provoca que la gente se aleje de la iglesia. La situación
sería diferente si siguiéramos la instrucción de Jesús: “¿Cómo puedes
decirle a tu hermano, ´déjame sacarte la astilla del ojo´ cuando ahí
tienes una viga en el tuyo? ´ ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu
propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo
de tu hermano” (Mateo 7:4-5).
El movimiento #metoo condujo al movimiento #churchtoo
que exponía el abuso sexual en la iglesia y a un intento de parte
de algunos líderes cristianos, de encubrir el abuso. Estos líderes no
pudieron obedecer Efesios 5:11: “No tengan nada que ver con las
obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas”.
Si vivimos una vida santificada, no debemos avergonzarnos de
revelar el lugar en el que estamos en los asuntos claves de nuestro
tiempo – incluyendo la sexualidad. La edición de este mes contiene
el primero de una serie de documentos de posición que brindan una
perspectiva metodista libre bien investigada sobre temas importantes.
Este número también comparte la historia de un pastor que
escapó del tráfico humano y otro pastor que venció la adicción a la
pornografía. Unámonos y evitemos “cualquier clase de inmoralidad
sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es
propio del pueblo santo de Dios” (Efesios 5:3).+
Por Jeff Finley
Jeff Finley es el editor ejecutivo de
esta revista. Se unió a LUZ Y VIDA
en 2011 después de una docena de
años como reportero y editor para
Sun-Times Media.
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