Agosto 2020 — pg. 7
“No importa cÓmo hemos
llegado a conocer, amar y
servir a JesÚs, necesitamos
recordar nuestra historia y
tomar nota de aquellos que
han invertido en nosotros”.
Puentes”. Me gusta lo que el Director de Comunicaciones
de la Iglesia Metodista Libre – USA, Brett Heintzman ha
escrito sobre esto: “Nuestras diferencias generacionales
no disminuyen nuestra necesidad de unos por los otros.
Necesitamos el intercambio de ideas generacionales,
sueños, visión y sabiduría. Jóvenes y viejos pertenecen a la
mesa en la que se practica el discipulado, y el hierro se afila
con hierro” (fmcusa.org/light-life/llmag2020).
Pasar el batón generacional de la fe no es algo que
somos llamados a hacer en el futuro. Es un ingrediente de
tiempo presente de un peregrinar vital de fe. El Apóstol
Pablo practicó esto en su relación con Timoteo. Veamos
estas palabras de instrucción que provienen de un piadoso
mentor a este hijo más joven en la fe:
“Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó
primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te
anima a ti. De eso estoy convencido” (2 Timoteo 1:5).
“Lo que me has oído decir en presencia de muchos
testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza,
que a su vez estén capacitados para enseñar a otros” (2
Timoteo 2:2).
La instrucción de Pablo a Timoteo es tan importante
para que nosotros la entendamos y la emulemos. Tomemos
nota de estos principios básicos de “Unir Generaciones” en
los escritos de Pablo:
Recuerda Tu Historia
Dios no tiene nietos, pero Timoteo tenía una maravillosa
historia de familia espiritual. Su abuela, Loida, y su madre,
Eunice, eran devotas seguidoras de Cristo. Pablo le recuerda
a Timoteo el impacto que estas piadosas mujeres tuvieron
en su vida y luego llevadas un paso más allá al exhortar a
Timoteo porque Pablo observa en él esa misma fe sincera.
Esas palabras deben haber sido palabras impactantes de
humildad para Timoteo.
Algunos de nosotros tenemos la ventaja de haber
crecido en hogares cristianos. Algunos de nosotros somos
cristianos de primera generación. Ambos peregrinajes son
recordatorios de la gracia de Dios, y ambos peregrinajes
tienen desafíos únicos. No importa cómo hemos llegado
a conocer, amar y servir a Jesús, necesitamos recordar
nuestra historia y tomar nota de aquellos que han
invertido en nosotros. Mientras lees estas palabras, detente
un momento y alaba a Dios porque eres el beneficiario de
aquellos que han invertido en ti y te han amado hacia Jesús.
Manten Libre el Sendero
Me gusta esta frase de mi amigo Ed McDowell, director
ejecutivo del Campamento Warm Beach. Somos llamados
a “mantener libre el sendero de la cruz”. Debemos vivir
/llmag2020
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