Septiembre 2020 — pg. 27
La denominación Metodista Libre no es la única en
sostener nuestra mayor lealtad a Jesús. Sin embargo,
somos de las pocas denominaciones que explícitamente
prohíben a sus miembros y ministros participar en
sociedades secretas.
Como lo establece el ¶3132 del Libro de Disciplina: La
suprema lealtad del cristiano es a Jesucristo quien es el
Señor (Romanos 14:9; Hechos 2:36). En toda asociación, los
cristianos deben mantenerse libres para seguir a Jesucristo
y obedecer la voluntad de Dios (2 Corintios 6:14-18). Por
tanto, como miembros de la Iglesia Metodista Libre nos
abstenemos de la membresía en sociedades secretas”.
La Disciplina continúa describiendo cómo muchas
sociedades secretas utilizan términos, prácticas y canciones
que imitan los servicios de la iglesia y que el dios que ellos
promueven es unitario o teístico por naturaleza. Ellos
adoran a un dios que no es el Dios trinitario ortodoxo del
cristianismo.
¿Qué nos llevó a ser tan explícitos en nuestra postura en
contra de las sociedades secretas? ¿Y esta postura es relevante
en nuestros días? La primera pregunta tiene sus raíces en
nuestra historia, y daremos una mirada retrospectiva a
los inicios del Metodismo Libre. La segunda pregunta nos
llevará a nuestro contexto actual donde podemos utilizar
nuestro pasado para hacer preguntas relevantes el día de
hoy.
Los inicios del Metodismo Libre estuvieron involucrados
con las sociedades secretas, y la primera postura en contra
de las sociedades secretas y logias estaba arraigada en las
creencias cristocéntricas e igualitarias del Metodismo Libre.
Las órdenes fraternales y sociedades secretas como los
masones, Oddfellows y otros fueran organizadas en torno
a una vaga religión universalista que enfatizaba jerarquías
de personas y poder. En las décadas de 1840 y 1850, estos
grupos crecieron en popularidad y fuerza política entre el
público en general y dentro de la Iglesia Metodista Episcopal.
Se creía que cerca de un 20% de los clérigos Metodistas
Episcopales estaban asociados con una orden fraternal más
o menos en aquel tiempo.
B. T. Roberts creía que las creencias universalistas se
habían infiltrado entre los clérigos de la Iglesia Metodista
Episcopal, y esas creencias fueron en parte responsables del
abandono del fervor y de la fuerte reacción en contra de
Roberts y de otros predicadores y laicos. Los tratos secretos
entre los clérigos Metodistas Episcopales para remover a
Roberts de la denominación también jugaron un rol en la
prolongada postura de Roberts y del Metodismo Libre en
contra de la secrecía.
Después de la Guerra Civil, cuando la esclavitud había
sido abolida en la letra, la obra de integrar totalmente a
los que habían sido esclavos en la sociedad era la siguiente
tarea para los abolicionistas cristianos como muchos de
los primeros Metodistas Libres. Muchos de los que habían
sido abolicionistas antes de la Guerra Civil eran también
igualitarios, lo que significa que ellos creían que todas las
personas eran iguales, independientemente de su raza o
género. Para estas personas, sociedades secretas como los
Masones, Oddfellows y Ku Klux Klanes se erguían en la
línea de una sociedad igualitaria porque removían hombres
blancos de la vida de la iglesia, utilizaban las reuniones de
la iglesia para tomar decisiones sobre la vida política local,
y hacían de la logia— no el hogar—sino el centro de la vida
social de los hombres,
De los primeros ministros Metodistas Libres C, H,
Underwood y N. D. Fanning, frustrados en sus reuniones
campestres por ser perturbados por logias secretas, le
pidieron al Presidente del Colegio Wheaton, Jonathan
Blanchard que tomara la causa anti-sociedades secretas. El
grupo que formó la Asociación Nacional Cristiana, comenzó
a publicar un periódico, The Christian Cynosure, (O El
Atractivo Cristiano) para publicitar la causa. Más tarde fue
un partido de corta duración, el Partido Americano, surgió
de la Asociación Nacional Cristiana con una plataforma
que incluyó (pero no se limitaba a) igualdad total para afro.
americanos, mujeres y americanos nativos. La meta de una
sociedad igualitaria centrada en Jesús, motivó su trabajo
en contra del poder que la secrecía le daba a las logias,
sociedades secretas y más tarde a los KKK dentro de las
comunidades locales a mantener a los afroamericanos y las
mujeres al margen de la toma de decisiones.
Las sociedades secretas. Como los Masones, Oddfellows,
KKK y otros han experimentado altibajos en el interés
a través de los años, pero la postura Metodista Libre en
contra de las sociedades secretas ha permanecido. El más
grande punto es, por supuesto, importante. Ningún grupo,
lealtad o persona va a ser más importante que Cristo en
nuestras vidas. No hay lealtad más grande. Y es igualmente
importante que reconozcamos el falso ídolo que los grupos
pueden jugar en nuestras vidas.
Es este el punto el que cae en nuestro contexto
estadounidense actual. En este país, una conspiración se
ha transformado en una sociedad secreta con muchos
de los matices cuasi religiosos que tiene la masonería y
otros grupos. Algunas personas incluso están recitando
un juramento, o jurando lealtad a esta conspiración para
“membresía”, Este grupo, QAnon, sigue muchas de las
estrategias de las antiguas sociedades secretas. Pero como
Metodistas Libres no podemos tener una mayor lealtad que
la de ser un seguidor de Jesús.+
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