Guía General
• Está guía fue diseñada para ser usada en el marco de una junta eclesiástica, pero tiene muchas aplicaciones
prácticas.
• No todas las decisiones requieren todo el proceso de discernimiento. El proceso es más útil cuando se trata de un
asunto importante, o uno en el que el grupo está dividido.
• Dios no siempre es terminante sobre todos los temas. En las palabras de Agustín, algunas veces somos libres de
“amar a Dios y hacer lo que nos plazca”. El proceso del discernimiento espiritual puede ser paralizante si se basa en
la asunción de que Dios siempre nos dará una guía específica.
• No nos debemos aferrar al proceso. Lo que sigue es un bosquejo cuidadosamente detallado con el fin de guiar a
un grupo en las primeras etapas del uso del discernimiento spiritual en el proceso de la toma de decisiones. Al
familiarizarse el grupo con él, el proceso se puede realizar de una manera más natural y orgánica.
• El discernimiento espiritual no es una manera eficiente de tomar decisiones. ¿Pero qué pasaría en nuestras iglesias
si los líderes realmente creyeran que discernir la voluntad de Dios es más importante que tomar decisiones por
asuntos de conveniencia?
• El discernimiento espiritual puede utilizarse proactivamente o de manera reactiva. La mayoría de la toma de
decisiones es reaccionaria por naturaleza. Se pone un asunto delante de nosotros, y tenemos que decidir cómo
responder. ¿Pero qué si los líderes de la iglesia pasan tanto tiempo preguntando a dónde nos conduce Dios como
lo hacemos nosotros con las necesidades que ya tenemos delante de nosotros?
• ¿Qué pasaría en nuestras iglesias si las reuniones de las juntas o de liderazgo comenzaran a verse más como
reuniones de oración que de negocios? ¿Qué si la oración fuera el principal trabajo de la junta o equipo de liderazgo
en lugar de un punto superficial en la agenda?
Septiembre 2020 — pg. 11
El Proceso del Discernimiento Espiritual
1. Explica claramente el (los) asunto(s) que se va(n) a discernir.
2. Identifica cualquier principio rector (para un ejemplo, véase Hechos 1;21.22).
a. ¿Qué principio(s) bíblico(s) está(n) involucrado(s)?
b. ¿Cómo puede(n) impactar nuestra misión?
c. ¿Cuáles valores centrales son relevantes?
d. ¿Qué límites deben ser considerados (requisitos, políticas, etc.)?
3. Presentar las varias opciones que son permitidas por los principios rectores.
4. Someterse a un examen de conciencia (en preparación para el siguiente paso).
a. ¿Estoy viviendo con un pecado no confesado?
i. El pecado no confesado puede obstaculizar nuestra sensibilidad al Espíritu y la habilidad de escuchar del
Señor.
ii. La confesión de pecado no es un castigo, sino un medio de gracia, sanidad y liberación.
iii. En algunos casos, la confesión delante de todo el grupo puede no ser apropiada. En tales casos, permítase
un medio alternativo de confesión.
b. ¿Tengo una preferencia personal sobre este tema? En algunos casos, este puede ser el paso más importante en el
proceso. Las preferencias personales usualmente están ocultas, pero pueden afectar substancialmente nuestra
perspectiva y habilidad para escuchar a Dios y a los demás.
i. Una preferencia es cualquier deseo, creencia u opinión que haya conformado mi perspectiva sobre el tema
antes del proceso de discernimiento.
ii. Preferencias – aun si soy buenas o son malas – no dan lugar a que Dios dirija de maneras inesperadas o
diferentes que luego resulta que son mejores.