nombre es una mentira. Yo no los he enviado, afirma el
Señor. Así dice el Señor: ´Cuando a Babilonia se le hayan
cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi
promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar
(Jeremías 29:8-10).
La amenaza de la falsa doctrina planteaba un peligro al
pueblo de Dios durante el tiempo de Jeremías. Por ejemplo,
en el capítulo 28, Jananías el profeta falsamente le dijo al
pueblo que Dios había roto el yugo de Nabucudonosor, y el
pueblo sería libre de regresar a su país durante los siguientes
dos años. Jeremías, por otra parte, le dijo al falso profeta, en
corto, que Dios no lo había enviado. Debido a que estaba
provocando que el pueblo creyera una mentira, lo que
causaría su rebelión en Su contra, Jananías moriría en aquel
año.
Dios sigue tomando con seriedad el hecho de que Su
pueblo no escuchara y que fuera disuadido con palabras
engañosas de Sus planes para ellos. Hoy, las falsas doctrinas
del racismo y el nacionalismo blanco son una amenaza
demoníaca a la familia de Dios. Igual que en el tiempo de
Jeremías, los líderes maduros, los que son de color y blancos
por igual, deben ponerse firmes en contra de cualquier
doctrina que se levante a sí misma en contra de la unidad en
la casa de Dios, y por tanto, a la familia de Dios. El silencio
no es una opción. Más bien, ¡es la firma de la complicidad!
El plan intermedio de Dios necesita vigilancia en la
oración corporativa, la cual beneficiará a los habitantes de
toda la tierra incluyendo el propio pueblo de Dios con la
paz y total bienestar que resulta de la salvación. El regalo de
Dios para toda la humanidad
El Plan a Largo Plazo de Dios
Finalmente, la palabra planes se expresa por medio del
término “el camino”, que denota todo el sistema cristiano,
pero especialmente el modo de la salvación por Cristo.
Un camino se entiende como un procedimiento o
pg. 28 — revistaluzyvida.com
proceso para obtener un objetivo – en este
caso, específicamente, un futuro y
una esperanza.
“Porque yo sé muy bien
los planes que tengo
para ustedes –
afirma el Señor
– planes de
bienestar
y no de
calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Entonces ustedes ME invocarán, y vendrán a suplicarme, y
yo los escucharé, Me buscarán y Me encontrarán cuando Me
busquen de todo corazón. Me dejaré encontrar –afirma el
Señor –, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de
todas las naciones y de todos los lugares a donde los haya
dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté”
(Jeremías 29:11-14).
Cuando los tomamos en su totalidad, estos versículos nos
mantienen a la vista la construcción de la familia nuclear
como la familia santificada y el patrón para la iglesia. La
iglesia es como el arca, ese refugio indestructible preparado
por Dios con la capacidad de soportar la destrucción
venidera. El pueblo de Dios debe estar vigilante en oración
y firme en seguir cuidadosamente Su palabra con la guía
protectora de líderes maduros.
Con todo esto en su lugar, el sistema en el que Dios
traerá salvación continua a la humanidad está listo para ser
instalado firmemente en su lugar. La estrategia es llevar el
ministerio de la iglesia. Además, esta estrategia nos invita
a la expansión mundial del evangelio de Jesucristo a fin de
establecer iglesias locales globalmente. Esta estrategia se
lleva a cabo mejor por medio de un proyecto que he llegado
a conocer como “empresa misionera”, La empresa misionera
sólo puede ser llevada a cabo por la iglesia local. Hay seis
pasos distintos en el proceso. Cada uno funciona o es
completamente dependiente de los otros, lo que sirve para
asegurar el éxito de esta empresa divina.
1. La continua proclamación del evangelio de Jesucristo
a fin de atraer a los no creyentes a una convicción de
sus pecados.
2. Reunir a los nuevos conversos en comunidades de
Iglesias nuevas (familias) para fines de más instrucción
en el evangelio y la sana doctrina, a fin de transformar
la conducta, desarrollar un buen carácter y crecer en
sabiduría.
3. Identificar y entrenar a nuevos líderes en la sana
doctrina, así como para encargarlos a la responsabilidad
de cuidar al pueblo de Dios.
4. Regresar a las Iglesias recién plantadas para pastorear
a los nuevos creyentes y además establecerlos en la fe y
en la sana doctrina.
5. Regresar a la iglesia madre y dar un reporte sobre el
trabajo.
6. Repetir todo el proceso una y otra vez (Hechos 2:42-
47, 14:21-23 ̧ Efesios 2:12, 3-8-10, 4:11-14; Tito 2:13).
La esperanza que Dios quiere infundir dentro de Su pueblo
viene como resultado de que la familia de Dios se involucre
en la oración vigilante y la búsqueda obediente de llevar la
/revistaluzyvida.com