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No puedo imaginar que algo sea
más estresante que ser lanzado
en medio de una situación difícil sin
un plan, a menos que, por supuesto, se
haya diseñado un plan para esa situación
difícil con anticipación, pero descuidaste
prepararte para esa difícil situación de
antemano.
Con frecuencia, cuando el pueblo de
Dios se ve en situaciones difíciles, no se
debe a que Dios lo haya abandonado sin
plan alguno. Más bien, puede sentirse
abandonado en esas situaciones porque
no han seguido las instrucciones dadas
por Dios, que estaban destinadas a
ayudarlos en el día de la difícil situación.
Sin duda alguna Dios tiene un plan
exhaustivo para nosotros. Podemos
encontrar Su plan en el libro de Jeremías.
Allí el profeta dice: “Porque yo sé muy
bien los planes que tengo para ustedes –
afirma el Señor – planes de bienestar y no
de calamidad, a fin de darles un futuro y
una esperanza” (Jeremías 29:11).
El término plan nos presenta una serie
de pasos que se deben dar, con metas
que se deben de alcanzar. Los planes
de Dios son exhaustivos, son de largo
alcance, y Sus planes son completos. Estos
planes deben ser realizados en concierto.
Además, Dios diseñó Sus planes de tres
maneras. En este artículo, exploraremos
el plan a corto plazo de Dios, Su plan
intermedio y Su plan a largo plazo para
nosotros.
El Plan de Corto Alcance
de Dios
El plan a corto plazo de Dios es Su plan
presente o inmediato para nosotros. La
palabra plan también se puede definir
como un patrón. Un patrón es algo
diseñado para ser una guía para hacer
algo más.
Por ejemplo, Cheryl y Ángela eran mis
amigas desde la escuela preparatoria.
Las hermanas eran costureras que
regularmente llevaban a la escuela
patrones de vestidos. Las muchachas las
rodeaban para escoger el patrón correcto
para la siguiente ocasión especial. Cheryl
y Ángela llevaban a las muchachas a la
tienda a comprar el material apropiado.
Antes de darnos cuenta, Cheryl y Ángela
habían hecho realidad el vestido que sólo
había existido como una idea o patrón.
El arca en que Noé trabajó durante el
transcurso de 120 años estaba basada
en un patrón que Dios le mostró, de
un refugio indestructible que tenía
la capacidad de flotar sobre el agua y
estaba diseñado no sólo para resistir una
inundación, pero también para proteger
a Noé y su familia durante el tiempo del
diluvio que Dios anunció que destruiría
la tierra.
De la misma manera, la unidad que
Dios le había ordenado a Israel que
construyeran durante el tiempo en que la
nación estaba cautiva en Babilonia, en los
días de Jeremías, era un patrón. En este
caso, el núcleo familiar debía servir como
modelo de la familia celestial de Dios. En
Jeremías 29:5-6, vemos la instrucción de
Dios para este patrón o plan a corto plazo:
“Construyan casas y habítenlas; planten
huertos y coman de su fruto. Cásense y
tengan hijos e hijas; y casen a sus hijos e
hijas, para que a su vez ellos les den nietos.
Multiplíquense allá, y no disminuyan”.
La principal razón de la expectativa
de Dios de que estos esclavos siguieran
su modelo es la misma razón de que Él
esperara que Israel siguiera sus estrictas
leyes alimentarias en Levítico 11. Israel
es llamado a obedecer a Dios porque
estaba obligado a ser leal a Él. Dios
había rescatado al pueblo del yugo de la
esclavitud en Egipto, y ahora Él tenía la
autoridad sobre ellos. Porque Él es santo,
ellos deben ser santos también. La santidad
no es sólo pureza moral. La santidad es la
condición de ser “apartados”. Estas leyes
alimentarias, igual que la formación de la
unidad familiar durante la esclavitud, no
eran sólo eso. Ellas apartaban al pueblo de
Dios como algo diferente de las naciones
que los rodeaban.
Imagina lo revolucionarias que fueron
las palabras de Jesús: “Pero lo que sale
“cuando el
pueblo de
Dios se ve en
situaciones
dificiles, no
se debe a que
Dios lo haya
abandonado
sin plan
alguno”.
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