Exiliados en un
Mundo Extraño
(y Maravilloso)
Dos delgadas manos se extendieron llevando a mi hija hacia un cubículo lleno de peines y
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por Jill Richardson
broches, y otros objetos para el pelo, baratos pero vistosos. La dueña del lugar comenzó
a arreglar el pelo de Beth, cepillándolo y colocando preciosos broches adornados con mariposas
que brillaban en su cabeza. En este momento, nada nos asombraba. Que una extraña quedara
fascinada por la apariencia de nuestra hija de 6 años se había convertido en algo normal.
Nos acostumbramos a esto durante nuestras dos semanas en China. Rutinariamente los
desconocidos exhalaban un ¡Ooooh!, o un ¡Aaaah! Al ver a nuestra hija más pequeña, la ponían
en sus fotos familiares, e incluso escribían alguna pequeña historia sobre ella. Nunca habían visto
una niña de pelo largo, largo y castaño claro y ojos color avellana. Ella no era parte de su mundo.
Los cristianos hemos escuchado esta frase: “estar en el mundo, pero no ser del mundo” siempre
– aunque no se lee explícitamente en la Escritura. Hemos creado gran cantidad de reglas en torno
a ella, y, como resultado, hemos creado más confusión que claridad. ¿Qué significan esas dos
preposiciones – en, y de – ?
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