Diciembre 2020 — pg. 23
“Esto realmente ha elevado la norma de educación
que los niños Fulani y los hijos de granjeros están
recibiendo”, dijo.
Sortor se retiró del servicio como misionera de
Misiones Mundiales Metodistas Libres en 2016 y se
convirtió en directora de Escuelas para África, que es
una colaboradora afiliada de MMML. Su trabajo con la
educación del pueblo Fulani se remonta a antes de su
secuestro, que fue perpetrado en la propiedad de una
escuela.
“El secuestro se debió principalmente para detener
mi obra con los Fulani porque teníamos musulmanes
muy extremistas a quienes no les agradaba el hecho de
que estuviéramos abriendo escuelas cristianas para los
niños Fulani, pero no nos pudieron detener”, dijo.
El pueblo Fulani a menudo es considerado como de
musulmanes radicales en publicaciones cristianas y otros
medios informativos, pero Sortor no coincide con la
veracidad de esa información.
“No estoy de acuerdo con esos artículos. Es verdad,
existen malas y buenas personas en todas las tribus y
razas”, dijo: “Los artículos escritos son de personas que
pertenecen a tribus diferentes a los Fulani. Esta situación
en Nigeria realmente es mala porque los Fulani son
rechazados. No son apreciados. Son evadidos por todas
las demás tribus”.
El pueblo de los Fulani enfrenta discriminación en
Nigeria y otras naciones de África Occidental porque no
son educados, son pobres, y no tiene propiedades.
“Habían tenido que deambular por el campo con su
ganado, y tratado de encontrar pasto en donde se pudiera,
y, a dondequiera que iban, encontraban oposición”, dijo:
“Hay cosas que todo ser humano necesita en esta vida a
fin de tener esperanza, dignidad y respeto”.
Un ministro nigeriano de agricultura escuchó sobre
estas preocupaciones y abrió tierras para reservas de
pastoreo en cada estado.
“Es una gran victoria, y ahora estamos a punto de
abrir escuelas de una en una, y de ayudar a los Fulani a
tener la dignidad y respeto que se merecen”, dijo.
Sortor compartió cómo las escuelas con hijos de
granjeros asistiendo junto con niños Fulani están
“creando una relación nueva y pacífica entre ellos” los
granjeros y los pastores Fulani. “Una tarde, en la Reserva
Bobi de Pastoreo donde tenemos cinco escuelas, algunos
de los niños estaban jugando a la pelota después de
clase. En cierto momento las cosas se salieron un poco
de control, y el hijo de un granjero empujó a un Fulani.
El muchacho Fulani cayó y golpeó con su cabeza sobre
una roca, y poco después, murió. Todos en la reserva se
congelaron de miedo – miedo de una represalia en la que
los Fulani matarían a las familias de los granjeros. Pero
eso nunca pasó. Lo que pasó fue de hecho algo milagroso”.
Los padres del muchacho Fulani fallecido fueron a la
casa del que accidentalmente había matado al hijo.
“El padre Fulani le dijo al granjero que ellos entendían
lo que había sucedido. Ellos sabían que había sido un
accidente, y ellos no tenían nada en contra del hijo del
granjero ni de sus padres. El granjero y su familia pidieron
perdón a los padres Fulani, que ellos concedieron de
buena gana”. Sortor dijo: “En nuestras escuelas, los
maestros, padres y alumnos viven en paz unos con otros.
Esta es la paz que sobrepasa todo entendimiento, y yo sé
que esto viene directamente de Dios”.+
Pulsa aquí para más información y para apoyar a Escuelas
para África. Visita kidnappedredemption.com para
apoyar y ver un tráiler de “Kidnapped Redemption”, un
documental que aparecerá próximamente sobre Sortor, del
Presbítero Metodista Libre, Mike Henry y el director Andy
Yardy.
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