Abril 2020 — pg. 8
sentencia fue tan grande que nunca recuperaría ya su libertad.
Yo no he podido localizar una sola voz que protestara por la
sentencia de Dahmer.
Estando dentro de la prisión, Je!rey Dahmer encontró a
Jesús y Su gracia.
Preston Sprinkle, en “Caris, la Gracia Escandalosa
de Dios por Nosotros”, cuenta la historia. María Mott
vio una entrevista de televisión con Dahmer y comenzó a
enviarle estudios bíblicos. Pidió más estudios, y le envió
más; también le envió a Roy Ratcli!, un ministro local de
la Iglesia de Cristo No pasó mucho tiempo para que Ratcli!
guiará a Dahmer a Cristo y lo bautizara.
Una Antigua melodía de la iglesia habla de que Jesús
proclama: “¡Regocíjense! He encontrado mi oveja”, pero
la iglesia no celebró en forma unánime las noticias de la
conversión de Dahmer. Según dice Sprinkle: “Muchas
personas se portaron cínicamente, incrédulas, y hasta
furiosas—como el profeta Jonás, del Antiguo Testamento—
sobre la experiencia religiosa de Dahmer en la prisión. Roy
Ratcli! recuerda con desánimo que muchas personas con
las que habló no creían en la conversión de Dahmer. Y la
mayoría de estos incrédulos eran cristianos”.
Cuando conté esa historia en un sermón, una familia
decidió dejar de asistir. No podemos ser una iglesia que cree
en la gracia e incluye asesinos seriales, y al mismo tiempo
sean miembros también de la iglesia.
No me gustaría que seas demasiado crítico de esa familia.
La gracia en el nivel de Dios nos desafía.
En “¿Dónde está lo Maravilloso de la Gracia”?, Philip
Yancey cuenta de una conferencia en la que C. S. Lewis
identi"ca la gracia como la doctrina más singular del
cristianismo.
La gracia coloca a los creyentes en Jesús aparte de los
creyentes de cualquiera otra religión.
La gracia nos cuenta una maravillosa historia: la historia
de Dios rechazado por las criaturas que Él formó en amor
y sopló aliento de vida en sus pulmones. Rechazado de una
manera que ninguna venda espiritual puede enmendar, Dios
se dio a Sí mismo para darle "n a la separación.
Habiendo recibido el encargo de multiplicarse y llenar la
tierra, estas criaturas obedecieron esa directiva con fervor,
ahora todos separados de su Creador. Algunos separados
solamente de manera interna, invisible, viviendo vidas
que no demuestran una rebelión abierta. Algunos fueron
tan reprensibles en carácter y acción que otros humanos
vieron su depravación y los odiaron. Los números eran muy
grandes, la separación era completa.
¡Pero Dios nos llena de Su gracia!
Es tan lleno de Su gracia, que la extendió a todas las
criaturas distanciadas, por todo el
planeta, a través de todos los años del tiempo: “Porque así
es todo cuanto Dios amó al mundo—Él dio a su único Hijo
como un regalo. Para que todos los que creen en Él nunca
perezcan, sino que experimenten vida eterna” (Juan 3:16
TPT, traducción libre).
El pueblo de la iglesia comúnmente comparte esta
de"nición de la gracia: El favor inmerecido de Dios, dice
Sprinkle: “La gracia agresiva de Dios va en busca de, se
deleita en, la gente alocada y tonta”. Como la Traducción de
la Pasión nos lo dice adecuadamente, Jesús fue dado como un
regalo—y la palabra griega traducida como gracia en nuestro
Nuevo Testamento, de hecho signi"ca muy adecuadamente,
regalo.
Una vez los Martin fueron invitados a pasar la Nochebuena
con una familia de nuestra iglesia. Las grandes "estas de la
familia de la fe, con frecuencia hacen imposibles las visitas
de pastores, si la familia no vive cerca—y la nuestra no era
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