Abril 2020 — pg. 10
semana, ella le dijo sí a una invitación de Jesús para hacer un
nuevo compromiso con Él. Mi amiga dice que el orador no
había dicho nada acerca de su problema secreto, y ella nunca
se lo dijo, pero “él sabía exactamente qué decir para llegar a
mi corazón. Él habló acerca de mí, y acerca de mi relación
super!cial con Dios”.
Ella regresó a casa de aquel !n de semana siendo una
muchacha diferente, y el grupo con el que se identi!caba
en su Universidad era la rama de InterVarsity Christian
Fellowship (Confraternidad Cristiana InterUniversidad).
Ella ha salido con algunos jóvenes, pero tiene problemas
en sentir una verdadera atracción por ellos. Ella decide no
intimar con ninguno, porque sabe que la Biblia enseña que
la intimidad sexual se reserva para el matrimonio entre
dos personas de diferente género. El gran milagro en su
historia, la gran verdad anunciada desde el cielo: Dios llega
primero. La gracia de Dios penetró en su vida primero, antes
de irse por un camino del que es más difícil abandonarlo
que comenzar a recorrerlo. Dios hizo posible que su vida
siguiera una trayectoria que la llevara hacia Él, por su gracia
preventiva, preveniente.
Convincente
La gracia convincente posibilita que nosotros creamos lo
increíble: Primero, la historia de Jesús. Un hombre perfecto,
sin pecado. Dios, presentándose en cuerpo humano.
Completamente Dios. Completamente humano. Asesinado
por Sus contemporáneos. Muriendo como el pago de
nuestros pecados. Resucitado de entre los muertos en el
tercer día. Estas creencias que rompen los acuerdos, que
con frecuencia predico. Creencias que no podemos abrazar
sin la ayuda de Dios por medio de la gracia convincente, y
creencias que debemos mantener para ser perdonados por
nuestro maravilloso Dios.
Vivimos en la época más escéptica de la historia humana.
La fe, una vez anclada en el buen carácter de líderes cristianos,
de líderes de gobierno, de héroes de muchas facetas de la
experiencia y actividad humanas, separadas por las malas
conductas públicamente reveladas, y la credibilidad del
evangelio mantuvo las profundas heridas.
Andrew "ompson nos dice que John Wesley igualó la
gracia convincente con el arrepentimiento, y cita como
el principal ejemplo de la Escritura al ladrón penitente
“quien se regocijó de ver” a Jesús como el Hijo de Dios,
como su Salvador. “El arrepentimiento no se debe atribuir
a la voluntad humana, porque la voluntad humana aparte
del poder de la gracia de Dios nunca será capaz de hacerlo”
(fmchr.ch/convincing). Ninguna parte de nuestra salvación se
puede atribuir a nada que no sea la gracia de Dios—la gracia
que va delante de nosotros, y la gracia que nos convence de
“arrepentirnos y creer las buenas nuevas (Marcos 1:15)
Salvíficadora + Santificadora
La gracia convincente de Dios precede a Su gracia salví!ca
y a Su gracia santi!cadora. Aún en los tacones de la creencia
y el arrepentimiento, un Dios santo tiene que ver al alma
arrastrada por el pecado, y perdonarla a pesar de sus fallas,
no a causa de sus éxitos. En su descripción de su encuentro
con la gracia salví!ca de Dios el 24 de mayo de 1738, Wesley
escribió: “Como al cuarto para las nueve, mientras el líder
describía el cambio que Dios obra en el corazón por la fe
en Cristo. Sentí en mi corazón un calor extraño. Sentí que
con!aba en Cristo, sólo en Cristo para salvación y me fue
dada una seguridad de que él había quitado mis pecados,
aún los míos y me había salvado de la ley del pecado y de la
muerte”.
Extraño las invitaciones al altar donde veo a hombres
y mujeres de todas las edades, con la misma experiencia
“Vivim! "# $% epoc% má'
(céptic% )* $% +,tori%
+uman%.”
/convincing